segunda-feira, 13 de dezembro de 2010

Mateus y su amarelo


Amarelo...color del sol que ralla mis ojos cuando agarro mi bici y salgo por la orilla del rio y veo los tantos edificios que no me dejan ver los cerros, paisaje gris de la ciudad del urbano que cobre las casitas que invadieran los cerros pero el árbol todavía esta quizás no adelante de mis ojos pero detrás del paisaje urbano que raya el suelo por el calor del sol y por el peso de los edificios y por el árbol que no tiene espacio para crecer ni para tomar del agua de la lluvia que inunda la ciudad y transforma la ciudad con todo el rio llenando hasta que llegue a los cerros y que al final llega un poco de agua limpia para la población que ya hace tiempo tiene que limpiar el agua pero no consigue y finge que puede finge que vive finge que ingiere cosas que hacen bien finge que tiene buena piel pero que adentro esta un amarillo no brillante como lo de Mateus pero un amarillo gris que reseca los órganos una palmera que viene no sé de dónde y que está en todas las partes mismo en el barrio histórico de la capital gaucha que decide meterlos en sus vitrinas y que sigue rayando el suelo y la percepción de la gente que ya no sabe lo que es suyo y lo que no es pero ve y sigue viendo y pensando porque un árbol rallaría el suelo con aguas blancas de semen.